Difícil es encontrar un punto más alto en el disco ya que desde el inicio no bajan la intensidad de sus canciones. “Highland Farewell” parecería tener el mismo espíritu de “Rebellion”, aquella excelsa canción del “Tunes of War” por el pequeño solo de gaita que en ella aparece. No es sino hasta el homónimo del disco, “The Clans Will Rise Again”, que bajan la velocidad y prefieren ir por ritmos lentos pero parece ser uno de los pocos vaivenes que encontramos.
Claramente el disco está fuertemente influenciado por la historia escocesa. Cada canción te remite a un paisaje de verdes pastizales en donde enfundes una espada con el rostro pintado de azul (disculpen los estereotipos falsos que mi imagen pudiera contener). Pasado el meridiano del disco su sonido comienza a experimentar. Ya no es el Speed Metal institucionalizado de Grave Digger; “Whom the Gods Love” se dirige directamente a los linderos de una balada aunque sin serlo del todo.
“The Piper McLeod” es el inicio de una despedida. Sublime canción instrumental que con el sonido de la gaita nos anuncia las dos últimas canciones del disco. “Coming Home” es una pieza que a pesar de no poseer una velocidad alta, su ritmo y coro épico lo convierte en una digna muestra del poder de Grave Digger; es para ponerse de pie y cantar cual si fuera un himno... ¡te dan ganas de pertenecer a un clan!
Y finalmente llega la balada: “When the Rain Turns Cold”. Conocen el arte de acomodar las canciones; si la hubieran puesto en medio o al inicio no habría tenido el mismo poder que posee estando hasta el final. Buena forma de terminar con un disco repleto de poder. Este disco es una gran obra, no queda a deber en ningún momento. ¡Escúchenlo! Gran ejemplar de Speed Metal es lo que “The Clans Will Rise Again” representa.
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