El disco, como casi todos los trabajos de Virgin Steele, posee un lenguage en segundo nivel. Habla de la delgada linea que transforma lo bueno en malo; cómo a traves de la aculturización una religión es capaz de destruir a otra y crear demonios de ésta. Vemos cómo la imagen de la mujer pierde su cualidad adquirida de diosa y el mundo se inclina ante una visión masculina del mundo, a partir de ahora dios es hombre.
El principio del disco es muy bueno, "By The Hammer Of Zeus (And The Wrecking Ball Of Thor)" es una de las mejores canciones del trabajo por lo que es fácil entender por qué la usaron como sencillo. Es fluida, dinámica, expresiva y completamente atinada en su forma de evocar Heavy Metal. Son 8 minutos que pasan en verdad muy rápido. Escuchar la voz de David DeFeis en esa pieza es una experiencia muy agradable.
"The Black Light Bacchanalia" deja ver a un Virgin Steele intacto. Sus itnenciones por trascender y llegar a niveles superiores por medio del sonido siguen siendo el eje de su actuar. No obstante, hay momentos en que tal objetivo se ve truncado, parece ser que el tiempo les ha arrebatado aquella magia con la que hicieron sus más míticas obras ("Marriage of Heaven and Hell" [1994-1995] y "The House uf Atreus" [1999-2000]).
Dentro de los puntos más altos del disco podemos hallar: "Pagan Heart", "The Bread of Wickedness" y "The Orpheus Taboo". Canciones que te invitan a cerrar los ojos y saborear cada acorde y progresión. Por supuesto que cada canción posee su propio valor, pero resulta más difícil hallarlo en una escucha; es un disco que necesita ser medido con la balanza del tiempo.
Decir que es el mejor disco que ha hecho Virgin Steele sería caer en un error aunque sí supera a su antecesor "Visions of Eden" (2006); hay más poder, más intenisdad, un sonido Heavy más presente.
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