“To the Metal” es un trabajo que no se centró solamente en la velocidad clásica del Power/Speed Metal que habían presentado en su disco anterior. Inicia con una poderosa canción llamada “Rise” que nos dice: “nosotros sí tomamos las cosas en serio”. Una batería despiadada se combina con unas guitarras que, a pesar de sólo marcar notas, trabajan en armonía con la voz de Kai Hansen. El resultado es una perfecta muestra de Speed. Seguido de eso encontramos una canción que se inclina más por un sonido Hard Rock con “Mother Angel” dejando a un lado la tremenda velocidad que su antecesora ”Deadlands” presenta.
“No Need to Cry” es quizá de las canciones más emotivas que hayan hecho. Escrita por el buen señor Schlächter, es una dedicatoria a su recién fallecido padre. Personalmente, desde las canciones hechas con Scheepers (como “18 Years” o “Father and Son”) ,no había escuchado algo de tanta carga emocional . “To the Metal” es la canción que en definitiva tendrán que agregar en su set list para futuras presentaciones en vivo. Es un completo homenaje a la vieja escuela, así se muestra esta canción que enaltece el nombre de lo que interpretan: El Metal.
Llegamos a una de las canciones más llamativas del disco: “All You Need to Know”. Un Power/Speed que, en su puente, cambia a un ritmo más lento para dar paso a un coro, por mucho interesante, en donde la voz de Kai Hansen y Michael Kiske se unen. Es una canción que considero de las mejores del disco.
En la recta final, el disco nos brinda sus mejores momentos. “Time to Live” es de esas canciones que por sus coros nos pueden recordar a un sin fin de rolas idénticas a ésta. No obstante, a pesar de tener un riff muy familiar, es una buena canción aunque no es de las mejores del redondo. “Shine Forever” es, por mucho, una de las más grandes muestras de grandeza que haya tenido el señor Schlächter en Gamma Ray. Un intro de bajo nos advierte que algo está por venir; por momentos en sus primeras estrofas parece como si escucháramos una canción de Judas Priest y a los dos minutos el señor Dirk lanza la casa por la ventana; nos demuestra sus dotes de bajista. No se había mostrado algo así de manera tan contundente.
El disco termina con “Chasing the Shadows”. Un corte normal que no sale de la línea en donde se encuentran sus demás canciones. Encontramos la batería machacante que no da tregua con el doble bombo, solos que van de lo humilde a lo pasado de lanza en menos de un segundo y coros que te invitan a seguir la lírica de la canción.
¿Es un disco malo? Por supuesto que no. ¿Es el mejor disco de Gamma Ray? Queda claro que tampoco. Es un buen trabajo, quizá con el tiempo algunas de estas canciones pasen a la lista de joyas pero eso es algo que sólo el tiempo lo dirá. Los fanáticos de Gamma Ray les va a gustar el disco, eso es un hecho.
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